sábado, 21 de agosto de 2010

Cuento de mi autoría La Segunda Oportunidad de Raúl

LA SEGUNDA OPORTUNIDAD DE RAÚL
POR: ROBERT A. GOODRICH V.

El hombre ya no aguantabá tanto dolor, su vida erá un asco y su mundo se había destruído por culpa de la maldad que ímpera en el mismo, su esposa lo había abandonado junto con sus 3 hijos, allí estabá él, listo para lanzarse desde lo más alto de aquel edificio.

Su nombre Raúl un hombre de 55 años de edad, casado con tres hermosos hijos, dos niñas y un varón, trabajaba en la construcción hasta que un buen día por culpa del mal manejo de los gobernantes que mandabán en el país se quedo sin empleo, al saber esto la mujer se fué de la casa junto a los hijos demostrandole que verdaderamente no lo amaba y violando el sagrado juramento que hicierón cuando se casarón por la ley de los hombres y de la iglesia hacía ya 20 años atrás, que estarían juntos en las buena y en las malas, en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte lo separé.

Ella sin que el supiera había conocido a otro hombre, Joaquín quién erá precisamente el Jefe del pobre Raúl, ambos personajes en cuestión mantenían una relación impura y maligna sabiendo que el pobre de Raúl no hacía más que velar por su familiar y luchar día a día para brindarles un futuro distinto al que él tuvo a sus hijos, más como Joaquín erá miembro del Partido Gobernante, a la Señora Rocío le erá muy facíl acostarse con el sabiendo quizás que en cualquier momento obtendría un importante puesto y así ocurrío, precisamente por ese hecho es que el muy víl y desgraciado botó a todos los empleados que no le servían y sólo dejo a aquellos que apoyasén al partido gobernante y que se dejarán dominar de una forma distinta a base de mentiras y engaños y claro recibiendo importantes sumas de dinero, la dignidad y los buenos valores que recibío Raúl en su casa le impidierón entrar en los planes del malvado sujeto y fué botado como un perro a la calle a pesar de trabajar para la compañia por más de 20 años, y aunque trato de salir en los medios de comunicación explicando su caso y además de ir al Ministerio de Trabajo y otras dependencias de gobierno, todos lo ignorabán sólo por ser un pobre ínfeliz capáz de ser honesto y honrado en un mundo de maldad y mentiras.

Ahora se encontrabá a punto de lanzarse del piso 17 del mismo Edificio que alguna vez había construido con el sudor de su frente y con sus manos llenas de callos y dolor, pero algo pasó, de repente un ángel se le aparecío enfrente, y al preguntarle el de quién se trataba, la luz brillante a quién apenas se le veía el hermoso rostro le contesto lo siguiente: Soy tu ángel de la guarda, no destruyas lo que nuestro Señor Jesucristo te ha dado, tu vida lo más preciado.

El con lágrimas en los ojos le contó su historia y la razón de porqué quería acabar con su vida, más el ángel le recordó que nuestro señor Jesucristo también sufrío por nuestros pecados y sin embargo reinaba en el cielo para que nosotros no sufrieramos el dolor que el sintió, el escuchó tus plegarias, tu vida cambiara a partir de este momento, ve a tu casa que tu mujer te esperá.

Dichas estás palabras, el ángel tál y cual aparecío, desaparecío, el buen hombre se dirigío a su casa lleno de expectativas e ilusiones y cuál fué su sorpresa que en la puerta de la misma encontro a su mujer y a sus hijos, ella lloraba de felicidad al verlo y le pidío perdón, dado que el malvado de Joaquín la tiró a la calle después de usarla como si fuera un objecto, Raúl con estas palabras le dijo: "Amor mío te perdono, aunque no soy nadie para hacerlo, sólo Dios es el que perdona, yo te amo, siempre te amaré y por supuesto que podemos ser todavía un hogar lleno de amor y optimismo, quizás tenga poco pero lo poco que tengo es para ustedes", ella lo abrazó y a partir de ese momento la vida cambió para Raúl, nuevas oportunidades laborales se le abrierón en el camino, el partido gobernante perdió las siguientes elecciones y el malvado de Joaquín quedo en la ruina absoluta pidiendo limosnas en las calle de la ciudad, misma que un buen día el noble Raúl se lo encontró, Joaquín se acercó y le pidió perdón, ambos se abrazarón y Raúl quién tenía un mejor trabajo le ayudo a salir adelante, más nunca Joaquín volvió a hacer daño a partir de ese momento ambos se convirtierón en amigos y colaboradores y la paz del señor reino en sus hogares.