Carlos Francisco Chang Marín
Carlos Francisco Chang Marín (Changmarín, 1922-2012). Poeta, narrador, pintor y músico, educador y periodista panameño. Ganador de la Medalla “Rogelio Sinán”, por la obra de toda una vida.
Aunque nació el 26 de febrero de 1922 en el pueblo de Los Leones, La Colorada, provincia de Veraguas, la fisonomía de Changmarín delata su ascendencia oriental por parte del padre, miembro de una familia de origen chino avecindada en Santiago, cabecera de la provincia de Veraguas. Su madre, Faustina Marín, era en sus horas de solaz, cantalante de tambor, tamborito; su abuelo, Valentín Marín, tocaba la bocona -guitarra panameña- y cantaba décimas, estrofas de diez versos improvisadas por trovadores naturales. Aprendió a interpretar y valorar el lenguaje de la naturaleza junto a sus abuelos maternos, que le enseñaron cómo sostener las labores diarias sin perder la sonrisa y la agudeza del ingenio. Todavía en su niñez vivió con sus tías paternas en Santiago de Veraguas, donde asistió a la Escuela Dominio del Canadá. Pasó después a la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena, donde obtuvo el título de Maestro de escuela primaria en 1943.
En esos años comenzó a escribir, orientado por profesores chilenos e intelectuales españoles exiliados; y, estando en su sexto año de estudios, se presentó al Concurso Ricardo Miró, recién instaurado en 1942 como premio anual de literatura, y obtuvo una mención honorífica con su obra Punto ‘e Llanto, que se publicó en 1948. En la Universidad de Chile (institución estatal) hizo un año de estudios de pintura. De regreso a Panamá, trabajó como maestro en Boquete (provincia de Chiriquí) y en La Colorada. Después ejerció como profesor de dibujo en la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena. Su cuento "Seis Madres" (1947) fue incluido por Rodrigo Miró en su antología El cuento en Panamá (1949), y reseñado por los panameños Gil Blas Tejeira y Renato Ozores y por el guatemalteco José Mejía, quien lo considera un anti-cuento por excelencia. Rodrigo Him afirma que, dentro de esta obra, por primera vez se formula como problema una teoría del cuento en la literatura panameña. En la década del 50, Changmarín comenzó su carrera periodística en el periódico mimeografiado El Cholo, editado en Santiago de Veraguas. Sobresalió dentro de un periodismo preocupado por el bien social, del lado de la justicia, de la cultura y del progreso de la tierra veragüense. A la par, trabajaba en su libro Poemas corporales, que obtuvo el segundo lugar del Concurso Ricardo Miró en la categoría de Poesía en 1955, y fue publicado en 1956.
En 1957 obtuvo nuevamente el segundo lugar del Concurso Ricardo Miró, en la sección cuento, con Faragual, 13 cuentos de la tierra, que fue editado en 1960. Durante esos años los literatos panameños dialogaban sobre temas y problemas rurales. Ramón H. Jurado defendía el ruralismo, corriente a la que se adhería Changmarín, como expresión ideológica. En medio de esta discusión, en 1961 el artista obtuvo una vez más el segundo lugar en el Concurso Ricardo Miró con el cuento "Cañizo". También Changmarín ha sido fecundo compositor de décimas, y ha hecho investigaciones folclóricas en esta área desde la década del cincuenta del siglo XX, de las que han resultado tres importantes obras: Socabón, décimas populares para cantar (1959); Los versos del pueblo, publicado en 1973, y Cantadera, 130 décimas para cantar (1995). Fue presidente de la Asociación Nacional de Poetas de la Décima, que busca preservar y mantener la tradición del género. Hay un período de silencio de dos décadas en la obra de Changmarín. Luego de un viaje a China, sufrió persecución por motivos políticos.
Era militante del Partido del Pueblo, en el que desempeñó un papel destacado a partir de 1949. Fue director del periódico de este grupo de tendencia socialista. El gobierno de José Antonio Remón Cantera promulgó en la década de 1950 una ley contra el espionaje y contra los socialismos, que eliminó de las aulas a los catedráticos, profesores y maestros que hubieran tenido relación con el Partido del Pueblo. La persecución llevó a las prisiones y al exilio a varios líderes, como Hugo Víctor y César De León. Changmarín fue condenado a cumplir mil días de cárcel, por introducir un video sobre la guerra bacteriológica en Corea. Después de cuatro años y medio tras las rejas, fue exiliado político en Chile, y, además, cumplió un año en la cárcel de Chitré después del golpe militar de 1968. Así que, en aquella década de los sesenta, aislado de su profesión natural de maestro, fue fotógrafo, locutor de radio, periodista y obrero en la Zona del Canal. En el período en que estuvo privado de libertad escribió La Mansión de la Bruma o Vida en la Oscuridad (Cuentos de la Cárcel), publicada en ruso en el año 1965. Después escribió por muchos años la columna "Cartas a la tía Tula", -que marcó una época en el periódico Crítica Libre desde mediados de la década de 1970-, en la que criticaba duramente a la oposición y favorecía el gobierno de Omar Torrijos y la firma de los tratados canaleros. Tras la muerte del General Torrijos, continuó con su columna hasta la invasión norteamericana a Panamá, en diciembre de 1989. Luego, siguió editándola en el diario El Universal, hasta 1998. En 1981 alcanzó el primer premio Miró en novela con El guerrillero transparente, que fue traducida al ruso con el nombre de El general de cristal.
Diez años después, en 1991, la revista mexicana Plural premió su cuento "Gallo fuego – gallo gente". Otros títulos, entre los treinta que ha publicado son Dos poemas (1963), dedicado a su tierra natal; Versos para entrar al Canal (1979), Las tonadas y los cuentos de la cigarra (poesía 1987), En ese pueblo no mataban a nadie (novela, 1992), El gallo de las horas (poesía, 1995), Noche buena mala (novela 1995); Las mentiras encantadas (cuentos, 1997), Cuentos para matar el estrés (2002); y La muñeca de tusa (2003). Nacionalista y defensor de lo panameño, en su obra habla de la patria, la Historia, las clases sociales, el Canal de Panamá, pero, sobre todo, del hombre, con todas las angustias que conllevan las diferencias sociales y económicas. También canta a la naturaleza y a la vida. Y de manera natural, muchas de sus obras tienen como lectores implícitos a los niños.
Changmarín obtuvo diversos galardones y reconocimientos, entre los cuales destacan el Premio Dora Pérez de Zárate (1998) por su aporte al folclore nacional; el Esther María Osses, al libro de literatura infantil del año (2002) y el Premio Universidad (2002). Ha sido condecorado con la Orden Nacional Omar Torrijos (2006), por su compromiso cívico y social, y con la Orden Francisco de Morazán, otorgada recientemente por el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), institución política creada para la integración de los países centroamericanos. Como reconocimiento a una vida y una obra consecuente con la lucha por una sociedad socialista, la Central de Trabajadores de Cuba le impuso la medalla Víctor Jara y su obra fue reconocida con el Premio Rubén Martínez Villena, también de Cuba. En reconocimiento suyo fue creado en 2008 el Premio Nacional de Literatura Infantil Carlos Francisco Changmarín, por el Instituto Nacional de Cultura (INAC), para estimular la producción literaria dedicada a los niños y reconocer el espacio de acción de los escritores consagrados al género de literatura infantil.
Acompañado de su amada compañera, de sus hijos y nietos, Changmarín murió en la ciudad de Panamá el 5 de diciembre de 2012.
Fuente: http://www.encaribe.org/es/article/carlos-francisco-chang-marin/607