POR: ROBERT A. GOODRICH V.*
Siguiendo con la ronda de Grandes Escritores Panameños entrá ahora en este selecto grupo de escritores escogidos el gran Gil Blas Tejeira gran poeta, periodista y narrador panameño.
Un hombre que le escribió mucho a los pueblos del interior del país para mantener viva la cultura y tradiciones interioranas.
A continuación una breve semblanza de su vida.
Gil Blas Tejeira Fernández (1901-1975). Periodista, poeta epigramático y narrador de la tradición del pueblo que habita el interior de Panamá.
Gil Blas Tejeira nació en el barrio de San Antonio, en la ciudad de Penonomé, el 18 de enero de 1901, cuando Panamá todavía formaba parte de Colombia y liberales y conservadores se enfrentaban en la Guerra de los Mil Días. Fueron sus padres Concepción Fernández Jaén y Aquilino Tejeira Pezet, médico cuyo nombre lleva en la actualidad el hospital de Penonomé. Aquilino Tejeira fue Prefecto de Coclé (1898-1900) y firmó el acta por la cual el Consejo Municipal de Penonomé se adhirió al movimiento separatista del 3 de noviembre de 1903. La madre de Gil Blas Tejeira murió en 1906, y el padre en 1907. Así, el niño quedó completamente huérfano a los seis años de edad. Los dos hijos mayores del matrimonio, Eustorgio - quien tenía dieciocho años a la muerte de su padre- y Jacoba -de dieciséis- se encargaron de completar la crianza de sus nueve hermanos: Filemón, Concepción, Adelina, Aquilino, Moisés, Julián, Estelina, Gil Blas y Alfonso. A pesar de tan terribles pérdidas, la familia se mantuvo unida y desarrolló en su seno un fino sentido de la ironía y el buen humor.
Gil Blas Tejeira hizo estudios con los Hermanos Cristianos, que estuvieron en Penonomé desde 1904 hasta 1913, y pudo llegar solamente hasta el quinto grado de escolaridad, lo que equivalía en la época a la finalización de una educación básica general. Así, sabía y disfrutaba leer y escribir, y dominaba la aritmética y la matemática para comprender los sistemas y modelos que utilizan la economía y las ciencias en sociedad. Con tales herramientas, su educación fue en lo adelante cuestión de gozo y empeño, sumados a la oportunidad que le brindaron las bibliotecas privadas de los penonomeños, como la de Héctor Conte Bermúdez, la de Ángel María Herrera y la de Simón Quirós Sáenz, puestas sin reservas a su disposición. Leyó sin descanso, especialmente a Cervantes, y se valió de diccionarios para aprender a hablar y escribir en idiomas inglés y francés. Como hombre de aguda y clara inteligencia, tuvo una formación autodidacta.
En 1921 partió de Penonomé, pero volvió muchas veces a su tierra natal. En la veintena de años de su niñez y juventud había guardado en la memoria una galería de seres humanos de su patria chica, acompañada de un repertorio de anécdotas, una larga lista de vocablos de uso regional y muchos recuerdos. Con esta riqueza se conformaron las fuentes de su obra, que dieron a su trabajo intelectual una combinación hermosa de la identidad panameña y lo universal. Al marchar de Penonomé, inició un periplo por la república, con estaciones en otros países.
Previo examen de competencia, fue maestro rural. Después, maestro de escuela en Bastimentos, en la provincia de Bocas del Toro. En 1925 cambió el trabajo docente por el de secretario del Juzgado de la ciudad de Bocas del Toro. De 1925 a 1929 desempeñó las funciones de bibliotecario en la biblioteca “Mateo Iturralde”, de la ciudad de Colón. De 1929 a 1931 fue canciller del Consulado de Panamá en Kingston, Jamaica. Después, tesorero del Ayuntamiento de Colón, ciudad en la que fundó el semanario Calle 6ª.
Según datos de Dalia Peña Trujillo -premio de ensayo “Gil Blas Tejeira” en el centenario del nacimiento del escritor-, Tejeira contrajo matrimonio con Matilde Jaén Jaramillo, también penonomeña, el 21 de septiembre de 1935. De su unión nacieron tres hijas: Isis, Olimpia y Bertilda.
En el mismo año de 1935, Gil Blas Tejeira mereció una mención honorífica en un concurso de novelas organizado por el Municipio de Panamá, antes de que fuera instaurado el Premio Ricardo Miró en 1942. En adelante se dedicó al periodismo. En 1945 publicó su primer libro, El retablo de los duendes -conjunto de relatos sobre sus experiencias y recuerdos-, que se reeditó en 1973, enriquecido con nuevos cuentos. En nueva edición de 2003, se le incluyeron los "Epigramas y sonrisas", verdaderos dardos de buen humor y amistad. Asimismo, el discurso “Gil Blas Tejeira y su devoción por Cervantes”, pronunciado el 23 de abril de 2001 en la Universidad de Panamá por la Dra. Isabel Barragán de Turner –miembro de la Academia Panameña de la Lengua- en conmemoración del Día Internacional del Idioma. En El Cuento en Panamá (1949), Rodrigo Miró, al evaluar y caracterizar los cuentos panameños hasta esa fecha, señala que la obra de Gil Blas Tejeira comporta un notable enriquecimiento del tema rural en la cuentística nacional.
Gil Blas Tejeira fue diputado de la última Asamblea Constituyente de 1946, y Embajador de Panamá ante los gobiernos de Costa Rica y de Venezuela entre los años 1962 y 1966. Uno de sus libros -Venezolanos en Panamá, publicado en 1967- está dedicado a ese bravo pueblo. Fue también Ministro de Estado y Secretario Privado del Presidente de la República.
El 24 de enero de 1951 fue nombrado Académico de Número de la Academia Panameña de la Lengua, sucediendo en la silla “O” al Dr. Belisario Porras. Fue miembro de las Academias de la Lengua de Venezuela y de España. Fundó y presidió la Sociedad Cervantina de Panamá, y fue miembro honorario de la correspondiente de Madrid.
En 1957 publicó en México su segunda obra, Campiña Interiorana, compuesta también por relatos de sabor vernáculo, seleccionados de sus columnas del mismo nombre en el diario La Hora.
Con el seudónimo de “Caballero Esplandián” también escribió en la columna Simpatías y Diferencias de La Nación -una de las más leídas en Panamá-, y en Mirador istmeño, del citado diario La Hora.
En 1962 apareció su novela Pueblos Perdidos -favorita de sus lectores-, en la que reivindica la memoria de Pedro Prestán, a quien se le acusó de haber incendiado a la ciudad de Colón y fue ahorcado en un momento crítico relacionado con otra de las invasiones de las tropas norteamericanas al país, y cuenta la tragedia de los doce pueblos hundidos en las aguas del río Chagres durante la construcción del lago Gatún, gran lago artificial que es parte del Canal de Panamá.
En 1964 publicó El habla del panameño, vasta obra lexicográfica sobre vocablos de uso regional en el Istmo, que participa de la alegría y la elegancia proverbiales en su obra literaria.
El Instituto de Cultura Hipánica de Madrid publicó en 1969 el libro Lienzos istmeños, prologado por Renato Ozores, quien allí afirma que Gil Blas Tejeira, trabajador infatigable, había demostrado que en Panamá es posible vivir de la pluma con decoro y dignidad.
Escribió también dos biografías: Biografía de Ricardo Adolfo de la Guardia (1973), y Mi mejor legado (1975), sobre la vida de Antonio Tagarópulos.
Culminó su vida pública en el trabajo docente, como Director de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Panamá, en la que había sido nombrado Profesor Extraordinario.
Gil Blas Tejeira murió en la ciudad de Panamá el 10 de agosto de 1975. El auditorio de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Panamá lleva el nombre de este periodista y escritor, cuya prosa reunió limpieza, claridad y absoluto respeto por la lengua de Cervantes. El Instituto Nacional de Cultura de Panamá reunió en 1977, póstumamente, sus cuentos inéditos en un volumen.
Fuente: Encaribe.org
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Robert Allen Goodrich Valderrama (Panamá 1980): Poeta, escritor, ensayista, bloguero creador del Blog Mi Mundo www.robert-mimundo.blogspot.com creador del Grupo Amor por las Letras ha participado en más de 40 antologías a nivel mundial sus libros están a la venta en www.lulu.com www.amazon.com y otros lugares Presidente Nacional de UMECEP en Panamá.