lunes, 3 de diciembre de 2012

RECONOCIMIENTO POR PARTICIPACIÓN EN EL CONCURSO NOSOTROS TRES DE LA RED DE ESCRITORES DE COQUIMBO


Aunque no gané, para mí fue un honor participar en el Concurso Nosotros Tres organizado por La Red de Escritores de Coquimbo quienes por mí relato: "Recuerdos" y participación en dicho Concurso me entregaron un bello reconocimiento de participación lo cual agradezco de corazón, a continuación les dejo el relato y el reconocimiento recibido.


RECUERDOS

Dedicado a todos los adultos mayores.

En aquellos tiempos, nos decía, él nuestro abuelo que la vida era diferente, todos libremente caminábamos por los campos y éramos felices, aunque verdaderamente, yo viví en la ciudad casi toda mi vida, para mí, el interior de mí país era lo máximo.

Allí reunidos estábamos todos escuchando las historias de mi abuelo y de sus tiempos de gloria vividos, recuerdos del pasado, fotogramas del olvido de años que ya no vuelven y de tiempos que quedaron en las sombras.

El hombre ya está muy anciano, son muchos los años que tiene encima, pero también muchos bellos recuerdos de cuando era un niño.

Recuerdo nos decía, cuando una tarde caminaba junto a mi abuelita por las calles de mi ciudad, ella me tomaba de la mano siempre, pero en un momento de descuido al pasar un carrito de esos que venden empanadas (ustedes no lo conocieron) el calor que ellos emanaban en el vidrio transparente del mismo, era muy poderoso, tanto así que en un descuido, mi mano fue a dar con el mismo y mi abuela no sabía que hacer, tenía una pequeña quemadura en la mano y salimos corriendo desesperados buscando un hospital o un médico; finalmente recuerdo que me pusieron una cremita para que el dolor pasará, la desesperación de mí abuelita era tanta, pobrecita. Y esa no es la única historia que les tengo que contar.

Recuerdo también cuando un perro bravo y negro a mí primo atacó, el siempre se había quejado del mismo con los vecinos, pero nadie caso le hacía y un buen día el perro se soltó y salió de la casa con mirada llena de odio y aunque mi primo corrió y corrió, el perro le dio alcance y lo mordió.

Desde ese día el lleva en su cuerpo la marca de aquel incidente; nunca supimos que hicieron con el perro, sólo sé que mi primo esa experiencia jamás olvido.

Cuanto quería a mí abuelita cuando era niño, cuanto. Para mí era como una segunda madre, siempre estaba allí cuando más la necesitaba, siempre.

Ya siendo un hombre, llegó el día fatal, ¿cuántos años tendría?, 17 o 18 años creo yo; una noche terrible que ella en mis brazos murió, por eso mis queridos nietecitos les cuento estás historias para que aprendan a valorar lo que tienen y que vean que tan hermosos son los recuerdos y también dolorosos; los quiero mucho.

Y todos lo abrazamos fuertemente a nuestro querido abuelito y nuestros padres también, hasta Nino, nuestro perro; se abalanzó sobre nosotros con cariño y amor, ese amor que sólo tienen los mejores amigos de los hombres.

Ya el abuelo no está con nosotros, sólo quedan los recuerdos vividos y las fotografías del pasado, adiós abuelita, adiós abuelito, adiós a todos