sábado, 12 de noviembre de 2016

FINALISTA CONCURSO INTERNACIONAL DE MICROPOEMAS "NUESTROS MAYORES" EL MURO DEL ESCRITOR

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Un Honor aparecer en el Listado de Finalista representando a Panamá.

LEÓN A. SOTO GRAN POETA PANAMEÑO


Brindis Bohemio, por
León A. Soto

A apurar iban ya los concurrentes
la verde copa, de licor repleta,
cuando una voz jovial dijo: "Poeta:
brinda por la salud de los presentes."

Y un joven soñador, de ojos muy bellos,
y de arrogante, varonil figura,
así comienza a hablar con amargura,
mientras flotan al aire sus cabellos:

¿A qué salud, jóvenes locos?
¿A un falso bien que la existencia alarga
para aumentar la ignominiosa carga
que a muchos pesa y sobrellevan pocos?

¡Salud! ¡Salud! Palabra, anhelo eterno
que en vano el hombre en conseguir se ufana.
Ella, que nos amaba esta mañana,
nos abandona al soplo del Invierno.

Cuantas veces en medio de la orgía,
en que busqué consuelo a mis dolores,
dije Salud, sintiendo los ardores
de la fiebre que mi alma consumía.

Esa frase me aterra. Es un gemido
que en su inconsciencia el corazón arranca.
Ella dijo a Raimundo: "Adora a Blanca."
y la cruel realidad lo dejó herido.

Ella, en innumerables ocasiones,
sonrió al enfermo en las fatales crisis.
Ella oculta el puñal con que la tisis
asesta a muchos jóvenes pulmones.

¡Salud! ¡Salud! ¡No anhelo tus favores!
¡Con ella, Don Quijote no existiera,
ni indiferente y pensativa fuera
la pobre Ofelia deshojando flores!

Más, si queréis salud, bebed la dosis
que de ella os brindo al fondo de ese vaso;
en ella encuentre, bienestar acaso,
una enferma sublime: la Neurosis.

¡Compañeros! : Alzad vuestra protesta
contra la era vulgar que atravesamos,
y en vez de frases de salón, digamos:
"¡Por lo poco de vida que nos resta!"

Del libro: Obra Selecta (Verso y Prosa)
Academia Panameña de la Lengua. 1974

A Don Quijote, por
León A. Soto

I
La Salida

¡Oh noble caballero que en tu rucio,
viejo, mohíno, descarnado y reacio,
vas con la vista fija en el espacio
a riesgo de romperte el occipucio.

¿Quién que ha visto tu traje pobre y sucio;
quién que sabe que el mundo es tu palacio
creyera que hay un alma de topacio
tras de tu rostro demudado y lucio?

¡Oh noble caballero: el brazo recio
esgrimir contra el mal es pobre oficio
que a comprender no llega el vulgo necio;

Mas no estéril será tu sacrificio:
que al rostro han de escupirte su desprecio
los que escupirte no podrán su vicio!

II
Desencanto

Sigue siendo terror de los Merlines
y escarmiento de pillos y follones,
¡y cumple tantas nobles ambiciones
que olvidan los modernos paladines!

No te importen la envidia de los ruines
ni la burla de torpes corazones,
pues nunca el bueno encontrará razones
que le impidan cumplir sus nobles fines....

Pero ya corres, vuelas, vas y vienes....
¿Es que has visto quizás a cien rufianes
que a una doncella llevan en rehenes? ....

¡Corre, vuela a vengar tales desmanes!
Mas....¿qué ha sido señor, qué te detiene?
....¡Un molino, un rebaño, unos batanes!

III
Adelante!

Mas no importa! Tu fe te presta amparo
contra los desengaños, que el decoro
de tu noble misión es como el oro:
lo purifica el fuego y lo hace caro.

No reparas, por eso, en el descaro
ni en la burla de imbéciles que a coro
ríen de tí: tu audacia es un tesoro
para los malos y los necios raro.

No te importan, lo sé, porque seguro
estás de la Justicia, ¡oh noble ibero!
que es el Sol esplendente del futuro....

¡Y que te llame loco el Orbe entero!
que para el blando de alma o de alma duro
serás en todo tiempo ¡EL CABALLERO!

IV
Peccavit

Yo también como el héroe infortunado
que por tomar del débil la venganza
montó en su rucio, requirió su lanza
y fuese en busca de su bien soñado:

Yo también como él entusiasmado
y con el pecho henchido de esperanza,
ideando en el vulgo a Sancho Panza,
lancéme al mundo, en mi valor confiado.

Mas ay! que como el pobre Don Quijote
ví caer de las burlas el azote
con impiedad sobre mi augusta idea.

Y entre aventuras mil, en mi camino,
quebré mi lanza entre aspas de molino
!y a una Aldonza llamé mi Dulcinea!....

Del libro: Obra Selecta (Verso y Prosa)
Academia Panameña de la Lengua. 1974

León A. Soto
(1874-1902)


Nació en la ciudad de Panamá, el 11 de abril de 1874. Fueron su padres el Señor Luciano Soto y la Señora Eva Urrutia. Circunstancias adversas le negaron la oportunidad de hacer estudios sistemáticos. No obstante, descolló temprano como poeta y periodista. Tuvo periódico propio: "Don Quijote" (1899), semanario que dedico espacio a la política y adhirió a la causa de Cuba.

Dotado de clara inteligencia y elevado numen, comenzaba a descollar en el campo de las letras, cuando se suscitó en el Congreso de Colombia la desaprobación del tratado Herran-Hay. Y desde esa fecha no dio tregua a sus actividades separatistas, que le acarrearon el martirio, que culminó con su fallecimiento. Murió un año antes de que Panamá entrara en la categoría de nación libre: Antes de que él pudiera ver convertido en realidad tangible un sueño que nunca dejó de soñar. Por los acontecimientos que le causaron la muerte, es considerado el Único Mártir de la emancipación Istmeña y el primero en hacer brillar la primera chispa de ese acto patriótico.

En efecto, no pudiendo arrancarle la dignidad, le quitaron la vida. Su victimario, un soldado cobarde y criminal de nombre Pío IV Cortés, le golpeó brutalmente pocos días después que él, a través de un discurso, había hecho un llamado patriótico al pueblo panameño. Como consecuencia de la brutal paliza murió el 22 de febrero de 1902.

Pero el llamado de Soto produjo su efecto, ya que al año siguiente, el pueblo entero, como un solo hombre, se aprestaba a la conquista de su libertad.

Soto fue un prócer anónimo, una víctima del ideal libertador a quien la patria en reconocimiento le otorgó el olvido. Fue un patriota valiente y desinteresado. No supo -ni lo ambicionó nunca- del reconocimiento justo ni de la recompensa que su actuación merecía. Nobleza de espíritu que debe perpetuarse en el recuerdo de todo panameño.

La obra de Soto, que cuidó mucho de la forma, denuncia un plausible afán de perfección. Cuentan - y sus versos lo corroboran - que sintió una grande e insatisfecha pasión amorosa. Espiritualmente fue un aristócrata, descontento de nuestra vulgaridad cotidiana, amigo de lo exótico y maravilloso.

León Antonio Soto fue un poeta sensorial afectivo en quien se dan en una combinación muy particular dos signos esenciales: anhelo de perfección formal y una carga romántica de potencia explosiva.

Hábil versificador, troqueló la mayoría de sus vivencias poéticas en el soneto de versos endecasílabos, escogimiento que correspondía a sus ansias de perfección. "Sublime emperador de la métrica", lo denomina Guillermo Andreve, su amigo y editor de su única obra en verso publicada, Eclécticas.

En el año 1963, mediante un resuelto Municipal, se crea el Premio Municipal León A. Soto. Gracias a la intervención del poeta y concejal en ese tiempo, Álvaro Menéndez Franco, con el objetivo de resaltar la personalidad de León A. Soto. El premio tenia, inicialmente, una única sección, que era la de Poesía y se realizaría todos los 28 de noviembre.

FUENTE: PANAMÁ POESÍA

ROQUE JAVIER LAURENZA POETA Y ESCRITOR PANAMEÑO


Declaraciones, por
Roque Javier Laurenza

I

¡Oh efímera artificio de los ritos,
débil columna para tanto cielo!

II

Arder, arder como la llama pura
sin temor de la sombra y la ceniza.

III

Ni reposados causes de palomas,
ni angélicas visiones inefables,
ni mármoles invictos me conmueven.

IV

Yo quiero la pasión, quiero la vida,
las amargas raíces de la sangre
y la roca de Sísifo del sueño.

V

Nadie vive sin mancha. No conoce
la verdad de los frutos quien no sabe
del barro elemental que los sustenta.

VI

Todo queda lejano si no tiene
una voz milagrosa que lo nombre
con los roncos acentos del deseo.

VII

Lejos de mí la lumbrera de la estrella,
los intactos cabellos de Herodías,
las cimas del suspiro y las promesas
que no alcanzan las manos redentoras.

VIII

Dame el instante, vida. No prometas
azules espejismos a quien siente
rodar las estaciones presurosas
sobre escombros de frutas y pasiones.

IX

Lagunas de silencio, densas nubes
de amarillo desdén forman la gloria.
Adornarán la frente de la estatua
las lianas de los años, y el cenizo
polvo de tantos sueños y palabras
cubrirá la derrota de los mármoles.

X

No ganarán la palma del recuerdo
los apacibles ángeles que forman
el coro sin pecados. La corona
será para los huérfanos del júbilo,
para los foscos siervos de la ira,
para los tristes huéspedes del llanto.

XI

La sangre es la verdad, y las orillas
de sus terrestres límites de fuego
son la Tule postrera de mis manos.
Última Tule de los sueños. Tierra,
fatal nodriza de punzantes mimos,
hacia tu piel de larvas y luceros
vuelven mis manos su pación de tacto.
¡Tú eres la paz y el reino de los hombres,
tú la victoria, y el laurel, y el cielo,
y la secreta envidia de los dioses¡

Tierra Firme, Nº 3.

Elegía, por
Roque Javier Laurenza

Hija de Alcestes. resignada y dócil
al sacrificio de tu diaria muerte,
pozo en que vuelcan sueños y deseos
las dominantes venas de los hombres,
¿qué flecha de crueldades renovadas
¿hirió tu corazón de corza leve?
¿Qué Dios de voluntad inapelable,
sordo a tu queja y a tu rostro ciego,
te castigó, terrible, con la dura
cadena del amor que no se nombra?

En tus insomnes ojos se reflejan
horas sin nombre, rostros sin futuro,
amargos simulacros donde el alma
muere del mismo bien que la sustenta.
Y tu cuerpo, que pródigo se ofrece
al anónimo tacto de las sombras,
como estatua de arena deleznable
al tocarlo y gozarlo se consume.

¡Oh la perenne sed y la tortura
de tus ardientes labios dolorosos
al borde de la fuente donde nace,
sin brotar nunca, el agua codiciada!
Ninguna boca buscará la tuya
lejos del rito inmemorial del lecho,
espejo de tinieblas luminosas
donde rostro ninguno se contempla.

Tú no tendrás quien baje a los infiernos
a rescatar del fuego tu memoria,
ni lograrás, Eurídice salvada,
perdones de los dioses por la lira.
No llorarán los ojos de los castos
la repetida muerte de tus sueños,
ni una corona de palabras puras
te ofrecerán los otros, lujuriosos.

¡Oh milenaria víctima de Admeto,
cordero de callados sacrificios,
perpetua pasajera, te conozco!
En el silencio elemental del goce,
yo supe tu verdad irrevocable.

Llora por ti, ruega por ti. Las mieles,
los recónditos frutos de tu seno,
el jugo de la sangre detenido
sin llegar a los surcos de tu vientre
__ricos mendigos de sus propios dones,
de tus tesoros imposibles, ávidos__,
se agotarán, inútiles, intactos.

¡Adiós¡ Tu sombra fugitiva queda
un instante no más en la memoria
como el ala del pájaro en el lago,
como canción que volverá mañana
sin que podamos recordar en dónde
su conocida música aprendimos.

"Sur", Buenos Aires, N° 160
Publicado en febrero de 1948


Roque Javier Laurenza
(1910-1984)

Nació en la ciudad de Chitré, el 3 de diciembre de 1910. Aficionado a las letras desde adolescente, ávido de novedades, logró tal suma de información que en 1932 el Dr. Méndez Pereira pudo decir de él: "tal vez el más enterado aquí de literatura de vanguardia". Investigador y estudioso de las más trascendentes expresiones culturales, fue también un creador del quehacer literario tan exigente consigo mismo que redujo rigurosamente la cantidad de sus obras publicadas. Murió en 1984.

Laboro inicialmente en el periodismo, pero se convirtió en el centro de un movimiento innovador en el campo de la literatura cuando leyó en el Aula Máxima del Instituto Nacional, el 17 de enero de 1933, una conferencia titulada "Los Poetas de la Generación Republicana". Publicado en un pequeño tomo de poco más de cien páginas como parte de las Ediciones del Grupo Pasaje, la conferencia estimuló las inquietudes intelectuales de la juventud de la época e influyo apreciablemente en la apertura de nuevas corrientes artísticas especialmente en la poesía. Ejerció varios cargos diplomáticos. Vivió casi una década en Rio de Janeiro, varios años en España y finalmente permaneció casi tres lustros al frente de la representación panameña de la UNESCO, en Francia.

Poseedor de una vasta y profunda cultura, en su casi totalidad fruto de sus propios afanes de superación, Laurenza adquirió dominio de varios idiomas, especialmente inglés, portugués y francés. Ello le permitió traducir, con singular acierto, algunas importantes obras poéticas, y a la vez enriqueció sus naturales capacidades críticas.

Parco en su producción, hombre que llego a sentir "el pudor de la palabra", es dueño de una obra breve, pulida y brillante. Su alerta disposición para consigo mismo, el afán de superación que lo caracterizó han dado a su poesía y su prosa una indudable calidad. Y todo por virtud de su inteligencia y de su empeño, porque fue autodidacto.

La obra de Laurenza se encuentra dispersa en periódicos y revistas nacionales y extranjeras. Entre los escritos más importantes podemos mencionar:

El Panameño y la Nación. Revista Lotería. No. 348-349 (mar-abr. 1985).
Muerte y transfiguración de Emiliano García. Revista Lotería . No. 348-349 (mar-abr. 1985).
Andre Malraux: Un contemporáneo capital. Revista lotería. No.257 (jul. 1977).
El Caudillo de Levita (Por la muerte del Dr. Porras). Revista lotería. No. 56 (ene. 1946).
Rubén Darío (Biografía mínima del poeta Rubén Darío). Revista lotería. No. 124 (marzo. 1966).

FUENTE: PANAMÁ POESÍA