miércoles, 1 de noviembre de 2017

TÚ SIEMPRE DICES QUE SÍ DE DEMETRIO HERRERA SEVILLANO


Este Poema Lamentablemente tiene mucha vigencia en el actuar del panameño. Un poema de Demetrio Herrera Sevillano

Tú Siempre Dices Que Sí, por
Demetrio Herrera Sevillano

Paisano mío,
panameño;
tú siempre respondes: «sí».
Pero no para luchar.
Que no para protestar
cuando te ultrajan a ti.
Paisano mío,
panameño:
tú siempre respondes «sí».
Si te dan un peso diario,
«Sí, sí, sí.»
Si te gobierna un tirano,
«sí, sí, sí.»
Paisano mío,
panameño:
tú siempre respondes «sí».
Aprende a decirle «no»,
aprende a decirle «no»
a lo que le dices «sí».
Pero no, que dices «no»
cuando necesitas «sí».
Y al decir «sí» cuando «no»
y «no» cuando debes «sí»,
resulta que tu «sí» es «no»,
lo mismo que tu «no» «sí».
¡por favor!
Que no se diga
Que tú no tienes conciencia.
¡No, no, no!
Ni que sólo dices «sí»
aunque necesites «no».
Ni que te gusta el ultraje.
¡No, no, no!
Ni vagar en la miseria...
Pero no, que dices «no»
cuando necesitas «sí».
Y al decir «sí» cuando «no»
y «no» cuando debes «sí»,
resulta que tu «sí» es «no»,
lo mismo que tu «no» «sí».
Tú siempre respondes: «sí»,
paisano mío,
panameño;
tú siempre respondes: «sí».
Pero no para luchar.
Y menos para ultrajar
cuando te ultrajan a tí,
paisano mío,
panameño;
tú siempre respondes: «sí».

EL VIEJO OBRA DE RICARDO MIRÓ PARA CELEBRAR NOVIEMBRE MES DE LA PATRIA EN PANAMÁ

Noviembre Mes de la Patria.Mes de Panamá como saben suelo publicar artículos, poemas, biografías y datos históricos sobre panameños durante este mes este año decidí publicar en parte del mes publicaciones de Ricardo Miró para brindarle un pequeño tributo al que es considerado por muchos el Máximo Exponente de la Poesía y el Poeta Nacional por Excelencia espero que estas publicaciones sean de su agrado también publicaré otro tipo de publicaciones sobre la historia y demás de Panamá.

Gracias de antemano por sus lecturas comencemos con un cuento que encontré escrito por Ricardo Miró.

EL VIEJO

Yo iba por un ancho camino lleno de sombra y de paz . Bajo mis
plantas, la arena de la senda brillaba como oro en polvo en aquel maravilloso
día de primavera . . .

En una revuelta del camino vi delante, sentado sobre una piedra
blanca como un altar, a un anciano de barba blanca como aquella
piedra y de ojos azules y profundos como el cielo . Parecía un sacerdote
de los antiguos tiempos, en oración .

--Buenos días, buen hombre -le dije al pasar .
-Buenas tardes, joven-- me respondió el anciano .
Y me detuve, sorprendido . Lo miré, luego miré al cielo y vi que,
en efecto, el crepúsculo se apagaba en el Océano . Yo no había advertido
que el día tocaba a su fin . . .
-Qué llevas en la mano?- me preguntó el viejo . -Es acaso una
flor? . . .
-No buen hombre : es mi corazón . . .
-Haces mal, y si no lo guardas, se te deshojará en el camino .
Ahora bien : como has tenido virtud para sacártelo del pecho, la tendrás
para llevarlo en adelante entre tu cabeza . . .
-Señor : vos no sois honrado . . .

-Veo que eres sincero, joven .
-Señor, mi lengua no puede desobedecer lo que mi corazón
le manda.

-Haces mal, joven, La sinceridad es la peor de las impertinencias
. Si tu superior te pide su aprobación a cualquiera de sus actos,
apruébalo, porque si te permites opinar te odiará y te perseguirá .
Límpiate los dientes aunque no hayas comido, porque si le pides
un duro a un amigo diciéndole que tienes hambre, no te lo dará y
te despreciará . Si quieres a una mujer, no le confieses nunca que
sólo tienes un pan que compartirás con ella, porque se reirá de tí
y se irá con los que le ofrezcan diamantes y no le den luego ni el pan
que tú le ofreciste . Si la mujer de tu amigo le es infiel y todos lo
burlan, no se lo digas, porque te llamará calumniador y te matará
para lavar la honra de su mujer . Si . . .

--Señor, pero eso es horrible .
—Es la verdad . Conque si quieres ser feliz, lleva el corazón en
la cabeza y la mentira en los labios .
--Cómo os llamáis, señor?
-Yo soy El Desengaño--dijo el viejo . . .

Y desperté . Me latía la cabeza de dolor y me ardían los labios
de fiebre, y por un momento pensé que llevaba el corazón en la
cabeza y la mentira en los labios .

Cuento de Ricardo Miró
(Tomado de Obra Literaria de Ricardo Miró Cuento).