domingo, 1 de noviembre de 2015

DR. MANUEL AMADOR GUERRERO PRIMER PRESIDENTE DE PANAMÁ COMO NACIÓN: SEGUNDO ARTÍCULO CELEBRANDO EL MES DE LA PATRIA




Manuel Amador Guerrero

Manuel Amador Guerrero (1833-1909). Primer presidente de la República de Panamá. Médico y político.

Nació el 30 de junio de 1833 en Turbaco, República de Colombia. Aunque nació en el Departamento de Bolívar, siempre se consideró como panameño, pues en Panamá ejerció su profesión y cultivo la política. Sus padres fueron José María Amador y Mercedes Guerrero de Amador. Realizó estudios en la Universidad de Magdalena, actual Universidad de Cartagena, en la cual recibió el título de Doctor en Medicina y Cirugía a los 22 años de edad en 1855. Ejerció la medicina por algunos meses en Cartagena de Indias, pero pronto se radicó en la ciudad de Colón que, en ese momento, gozaba de auge económico, debido a la construcción del Ferrocarril Interoceánico, y de la búsqueda de oro en California. Finalmente, se trasladó a la ciudad de Panamá a finales de 1855, y contrajo matrimonio con María de la Ossa, quien posteriormente participaría en los hechos relacionados con la separación de Panamá de Colombia.

Colaboró activamente en la política colombiana como miembro del partido conservador, y ocupó altos cargos dentro de este colectivo político. Pero, a la par, en Panamá, a lo largo de treinta años del siglo XIX desarrolló una importante labor en el campo de la medicina y se dedicó a la organización del Hospital Santo Tomás, institución de caridad que databa de la época de la colonia. Con dificultad cumplió su labor, porque la pobreza crónica del Estado le impedía realizar con la debida amplitud la misión humanitaria a la que estaba llamado el establecimiento. Como médico y como superintendente, Amador Guerrero fue alma y brazo de la entidad, y a ella le consagró sus esfuerzos con espíritu público ejemplar. En aquella época se vinculó con la empresa del Ferrocarril de Panamá, en la cual se desempeñó como médico.

Como servidor público el Dr. Amador Guerrero fue representante por la provincia de Veraguas ante el Congreso de la Nueva Granada. Por otro lado, fue Primer Designado para ocupar el Poder Ejecutivo del Estado soberano de Panamá en 1866. Al año siguiente fue electo Presidente del Estado Federal, pero una revuelta armada le impidió ejercer el cargo. Vencido y hecho prisionero en el campo de batalla, sufrió destierro por un año. A raíz de la renuncia del jefe civil y militar del Estado, General Santodomingo Vila, el Dr. Manuel Amador Guerrero fue investido temporalmente veinte años después, en 1886.

En 1890 se debatía una cuestión de importancia vital para el istmo de Panamá. Era patente que la Compañía Francesa del Canal, que había comenzado la construcción de la vía interoceánica no podía concluirla dentro del término estipulado en el contrato, por motivos económicos. La compañía fue declarada en quiebra por los tribunales franceses en 1889, los trabajos fueron suspendidos casi totalmente, y en el istmo comenzó a sentirse de nuevo una terrible postración económica. Había esperanza de que mediante una prórroga de la concesión, la empresa pudiera reorganizarse y asegurar así la terminación de esta obra vital para Panamá. Afectado el Estado directamente por la crisis, se dispuso enviar a Bogotá una comisión integrada por cuatro de sus más representativos ciudadanos con el objetivo de gestionar la prórroga ante el Gobierno Central.

El Dr. Guerrero formó parte de la Comisión, que estuvo constituida, además, por el ingeniero Pedro J. Sosa, autor, junto Wyse y Reclus del trazado de la ruta escogida para el Canal francés; el Obispo de la Diócesis, Dr. José Alejandro Peralta; y Ricardo Arango, más tarde gobernador del departamento. El gobierno colombiano convino en conceder la moratoria por diez años que comenzaron a contarse en 1894. Así pudo organizarse una nueva compañía y la empresa se salvó de una pérdida total. Pese a ello, la obra estaba herida de muerte. Tras el colapso del canal francés, surgieron las negociaciones entre Colombia y Estados Unidos para reanudar las excavaciones del canal interoceánico. Nuevas esperanzas nacieron para el pueblo panameño al firmarse el contrato Herrán-Hay, que encomendaba la terminación de la obra a EE.UU. El congreso colombiano rechazó el convenio y Panamá se vio una vez más frente a su posible ruina. La miseria reinaba en el istmo. En medio de esa coyuntura estalló la revolución de 1899 (la Guerra de los Mil Días).

El rechazo del gobierno colombiano del tratado Herrán-Hay hizo que el pueblo panameño se sumergiera en la desesperación por la inminente miseria en que se encontraba el istmo. Ante esta situación, los ciudadanos más ilustres comenzaron a fraguar la separación de Panamá de Colombia, negociando un tratado con el gobierno de los Estados Unidos. José Agustín Arango, ciudadano panameño, concibió la idea de la independencia. Confió a Amador Guerrero su secreto, y ambos se dedicaron a trabajar conjuntamente por varios meses con ese fin.

El Dr. Guerrero fue consejero del General Víctor M. Salazar, Gobernador del Departamento del Istmo. Figura entre los forjadores de la nacionalidad panameña puesto que encabezó el movimiento de separación de Panamá de Colombia, que dio como resultado la independencia el 3 de noviembre de 1903. Culminaban así las luchas de varias generaciones de panameños que habían participado de los movimientos autonomistas y de secesión del Istmo con respecto a Colombia (1830, 1831, 1840-1841, 1861).

En el fragor del movimiento separatista de 1903, el Dr. Guerrero, junto al senador José Agustín Arango, fue miembro de la comisión encargada de agilizar recursos para enfrentar a una posible agresión de parte del ejército colombiano; Arango era también representante del Ferrocarril de Panamá, y a la vez conformaba la Junta Separatista integrada, además, por Guerrero, Constantino Arosemena, Nicanor de Obarrio, Ricardo Arias, Federico Boyd, Tomás Arias y Manuel Espinoza Batista y Nicanor A. de Obarrio.

Manuel Amador Guerrero participó directamente en la ejecución del plan según el cual el General Esteban Huertas detendría Batallón de Tiradores, que se dirigía hacia la ciudad de Panamá, comandado por los generales colombianos José M. Tovar y Ramón G. Amaya. Esta acción organizada por miembros del movimiento separatista contó con la colaboración de los coroneles norteamericanos Prescott y Shaler, autoridades a cargo de la Empresa del Ferrocarril de Panamá, quienes evitaron el arribo a Panamá de los soldados colombianos a través del Ferrocarril.

Tras la separación, Amador fungió como enviado a los Estados Unidos para obtener el apoyo económico y militar norteamericano. Allí se reunió con William Nelson Cromwell y con Philippe Bunau-Varilla, quienes ostentaban importantes vínculos y contactos Estados Unidos.
En diciembre de 1903 Guerrero fue elegido representante a la Asamblea Nacional Constituyente y en febrero de 1904 fue nombrado primer Presidente de la República, cargo que desempeñó hasta 1908.
Entre las virtudes que llevaron al Dr. Manuel Amador Guerrero a ocupar la Presidencia, según Pablo Arosemena, Presidente de la Convención Nacional Constituyente de 1904, se consideraron su participación principal en el hecho de la independencia, su lealtad a la palabra empeñada, su amor a la patria panameña y su rectitud y firmeza. El 3 de noviembre de 1903 se constituyó la Junta Provisional de Gobierno constituida por los José Agustín Arango (Presidente), Tomás Arias y Federico Boyd. Fue Manuel Amador Guerrero el diputado conservador que presentó ante la Convención Nacional Constituyente el artículo 136 de la Constitución de 1904, que permitiría la intervención norteamericana en los asuntos internos de Panamá en aras de la defensa del orden público.

Al Dr. Manuel Amador Guerrero, como Presidente de la República de Panamá, le tocó enrumbar el país en sus primeros pasos independientes. La nación se encontraba en total abandono y atraso; por ello, uno de sus mayores retos fue dotarlo de leyes que atendieran las necesidades inmediatas de la población. El Estado Nacional se abocó a atender problemas tales como la falta de medios de comunicación y, en ese sentido, había que prepararse para la construcción de carreteras, caminos, muelles, puentes, lo que se fue concretando en los primeros veinte años de república. También se adelantó la negociación con la United Fruit Company para establecer comunicación telegráfica inalámbrica entre Colón y Bocas del Toro en Panamá y Puerto Limón en Costa Rica, según Ley 16.

Por otro lado, El Dr. Guerrero dotó al país de la Ley Orgánica de Educación, la Ley 11 del 23 de marzo de 1904, que convertía la instrucción primaria en enseñanza pública, gratuita y obligatoria; y además legislaba sobre la educación secundaria, profesional e industrial. Se abogaba por la descentralización de la instrucción pública y señalaba que era necesario crear rentas especiales en apoyo de la educación; la escuela primaria se dividió en urbana y rural. La Ley facultó la creación de las Escuelas Normales con principios aplicables a la industria, agricultura y comercio.

En esta etapa se asignaron 6 000 000 de dólares a un fondo especial en Nueva York, de los diez millones recibidos de Estados Unidos por los derechos otorgados por Panamá para la construcción del Canal, al que se le llamó “fondo de la posteridad”. También se suscribió un Convenio Monetario que establecía paridad entre la moneda de oro americana y la moneda de plata panameña.

El Dr. Guerrero dejó como legado a las nuevas generaciones numerosas obras, tales como la construcción del Palacio de Gobierno y el Teatro Nacional, la regularización y perfeccionamiento del servicio de correo y su incorporación a la Unión Postal Universal, la organización de la Oficina de Estadística, la ampliación del Hospital Santo Tomás, y la apertura de la Casa de la Maternidad, la Escuela de Obstetricia, un Lazareto y un manicomio. Además, bajo su mandato se mejoró el Asilo Bolívar para ancianos y valetudinarios indigentes.

Digna es de recordar su contribución al mejoramiento de la educación en Panamá a través de la fundación de la Escuela de Artes y Oficios, encargada de instruir a los obreros del país; las Escuelas para la instrucción de los indígenas; escuelas superiores para niños de ambos sexos; escuelas de comercio e idiomas; y la escuela de Telegrafía en la Capital. En Arraiján se creó una Escuela Central de Sombrerería para instruir a los jóvenes en la elaboración de sombreros de paja toquilla. También se creó el Conservatorio Nacional de Música y Declamación. En esa época se concedieron becas a jóvenes panameños para cursar estudios en Europa y Estados Unidos.

Bajo la gestión del Dr. Guerrero se organizó el Estado con sus respectivas Secretarías (hoy, ministerios) y se presentaron proyectos de ley para mejorar su funcionamiento. Se consideraron recargadas las secretarías de Gobierno y Relaciones Exteriores y la de Instrucción Pública y Justicia. Para garantizar que el servicio público fuese eficaz y oportuno, se consideró que la instrucción pública funcionara como un solo despacho, y se agregaron a la secretaría de Gobierno aquellos asuntos relacionados con el Poder Judicial. Se crearon entonces las secretarías de Gobierno y Justicia, Fomento, Instrucción Pública, Relaciones Exteriores y Hacienda y Tesoro.
Bajo la gestión de Amador Guerrero, la República de Panamá tuvo una representación plenipotenciaria ante la Conferencia de Paz de La Haya y ante la tercera Conferencia Internacional Americana, celebrada en Río de Janeiro.

El Dr. Amador Guerrero vinculó dos quehaceres importantes en su vida: fue considerado como un eminente médico, pero también un importante político. Como ciudadano meritorio, el Estado Nacional ha designado con su nombre varias instituciones públicas. La máxima condecoración que ofrece la República de Panamá a miembros de la comunidad nacional e internacional es la Orden Manuel Amador Guerrero. Falleció el 2 de mayo de 1909.

Fuente: http://www.encaribe.org/es/article/manuel-amador-guerrero/308