martes, 22 de noviembre de 2016

POEMA: HAY VECES

HAY VECES

No duerme nadie por el mundo
cuando los mamíferos lunares
escarban en la piel de los enigmas
y rielan las heridas en los hospitales.
Javier Romero Hernández, Poeta Panameño.


Hay veces que logro dormir algo
durante las noches tristes de luna llena
o cuando cae la lluvia de madrugada
en esta tierra amada
donde nadie duerme
donde nadie rie
donde nadie llora.

Hay veces que camino como un sonámbulo
por las calles de mi patria
por las viejas avenidas
por los patios ya sin flores
sin árboles, sin nada.

Y me siento triste
muy triste
camino y camino
como un vagabundo nocturno
como una sombra sin prisa
mientras la lluvia cae lentamente
y me moja por dentro y por fuera.

Hay veces en que sencillamente
dormir para siempre quisiera
para olvidar las penas que me ahoga
para olvidar la tristeza que cada día
observo con estos dos ojos
que me ha dado la vida.

Hay veces que logro dormir algo
pero luego no sueño
simplemente desaparezco
aunque parezca mentira
o una fantasía.

Autor: Robert Allen Goodrich Valderrama
Panamá
Derechos Reservados
Noviembre 2016.

CORINA RUEDA BORRERO POETA Y ESCRITORA PANAMEÑA

CUANDO TE CONOCÍ

Si te hubiese conocido tres días atrás
te habría mandado al carajo
-lo más probable-
mis cólicos menstruales me arruinan pensar en sexo
y tu barriga cervecera
y ese intento de barba
me habrían hecho huir al siguiente bar
de la otra esquina
en esta ciudad sin noches.

Si te hubiese conocido con ese trago en la mano,
justo en este lugar
con olor a mala muerte y a cigarros atravesados
me estaría preguntando cómo llegué aquí
donde el dolor se esconde en un pindín
y tras lentes empañados en una rocola.

Pero me tocó conocerte en esos lugares
donde flotan las ideas sin malas costumbres
y el atractivo lo esbozaste en palabras de Chuchú y Bukowski,
en todos esos lados
donde te levantabas en medio de una multitud conforme
con aerosoles en la mano
y una pañoleta en tu boca repleta de historias.

Después de todo,
te conocí sin cólicos menstruales
sin verte el rostro y menos la barriga,
te conocí destilando licores en poesía.




TACONES ROTOS

Para las compañeras trabajadoras sexuales.


I
Caminé por tus calles y escupiste sobre mi nombre,
viste mi cuerpo maltrecho, mis ojeras y el labial corrido,
supiste que no pertenecía a tu Biblia
y que ninguna plegaria me quitaría lo puta.

Pero en las noches,
cuando el llanto te llamaba y tu mano frágil se deslizaba por el cierre
recordaste mi alma impura, con maldiciones y cruces,
desgastada y sudorosa
bajo el último aliento de alguien que no me pertenece.



II
Desvisto mis senos,
él olfatea mis pezones.
Siento que me hundo en una ciénega,
estoy atorada en el fango de una historia que no se cuenta.
Apenas me toca,
me enviste como animal en celo,
atraviesa su angustia en mi vientre,
y yo, tras 7 minutos,
me convierto en su mundo sin piernas,
el lugar donde llora su preocupación de pobre.



III
Cuando amanezco sin rostro una trenza se escurre en mi frente,
encuentro los ojos de un niño que exige a su madre
y los colores que en mi florecen cada mañana.

Una taza de café por poner en la mesa,
el pan que faltaría sin los pocos centavos,
y mi corazón latiendo en el verde escarlata de mis alas.



IV
No siento que mi piel se haya quebrado por las grietas,
hay rayos de luz que se escapan de mí y se tragan los prejuicios,
me hago fuego entre las calles
y grito en alto en nombre de mi cuerpo que me pertenece,
por mi vida, que no se reduce al polvo de mis tacones,
por mi voz, crujiendo desde las entrañas de la tierra,
y por mis sueños, tibio despertar en la madrugada.



V
Es ahí cuando encuentro mi reflejo,
ya no me aturde esta realidad de trapos
y abro mis brazos en el camino al horizonte,
la libertad sincera,
el olor a guayabas en el árbol de al frente,
mis pechos pintados en bordes de plumas
y pájaros que me acompañan a cantar lejos del olvido.




EN EL TRÁFICO

A veces pienso que son ideas mías,
que esto no es una fila
y no son bocinas las que suenan en mi nuca,
es sólo el progreso tratando de enamorarme.

Pero luego volteo
y no entiendo al que limpia el parabrisas
o al chichero que mulea una carretilla.

Me pregunto por sus millones y los míos.

Ya no me quedan palabras atoradas en tráfico.  

CORINA RUEDA BORRERO
Ciudad de Panamá, 1991. Escritora, abogada dedicada a la defensa de Derechos Humanos y activista social y política. Obtuvo el Premio de Poesía Juvenil Espejo de Papel: Voces Matinales a los 15 años en Lima, Perú, ha publicado diversos artículos de opinión en el diario La Prensa, en algunas revistas jurídicas y poesía en la Revista Lotería. Actualmente es columnista en la revista centroamericana “Casi (Literal)”, administra su blog personal (De Panamá a donde sea) y canal de YouTube en el que comparte poesía y hace comentarios políticos, sociales y sobre su vida diaria. Poeta invitada en el Festival Internacional de Poesía Ars Armandi 2016.

FUENTE: Afinidadespanama

KAFDA VERGARA ESTURAÍN ESCRITORA Y POETA PANAMEÑA

Barraza

Humedad de amaneceres
sobre poroso piso gris
despierto con el aroma
a metálico pez moribundo
y un sabor a niño salado
en la Avenida de Los Poetas.

Revivo ahora el escape a la panadería.
Orejas dulces y tostadas me esperan
en la esquina que todo lo oye.
El Secreto es un oleaje que rompe
entre Los Masones y El Cuartel
Las orejas saben a un mundo y sus rumores.

Muerdo los ecos de las profecías nacionales.
Lo perdido entra por la boca y por los oídos.
Daniel Santos le dice adiós a los muchachos
Benny Moré todavía pregunta cómo fue
Ramiro nace en todos los balcones
Juanito Alimaña merodea por ahí

y el loco de la esquina de siempre
sabe que con cédula o sin cédula
la batida, al igual que el tiempo
se lo llevará.

Abro los ojos y me acaricia el viento
y con él vuela el olor de mis orejas.
Aúlla ahora la memoria involuntaria
ante los escombros y los muertos
silenciados bajo la Cinta Costera.

Desde entonces
las orejas me saben a nada
como las dulzuras ajenas.



Respuesta a Stephen Hawking

Es posible que el tiempo nos mienta
que nos chantajee
que nos persiga
y hasta que no exista.

Todo esto es posible
como que el tiempo
sea tan sólo
un amargo espectro
de nosotros mismos.



Mongol

Me gusta sacarte la punta
y tallar impunemente
los filos de la palabra.

Eres verdad y arma
en un solo pulso
para un papel resistente
a tactos profundos

en caída libre.

KAFDA VERGARA
(15 de mayo de 1975, Chorrera) Filóloga, profesora, traductora, animadora cultural, bloguera, viajera, activista y defensora de la protección y difusión de las lenguas de los pueblos originarios de América. Cuenta con una maestría en Ciencias del Lenguaje y Traductología por La Sorbona III de París. También ha realizado estudios de Español como Lengua Segunda y Extranjera en el Instituto de Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández de Buenos Aires. Actualmente es docente en la Universidad de Panamá en el Departamento de Francés.

Ha publicado artículos de difusión científica en el Semillero de Periodistas de La Prensa y en revistas académicas en París y en la Revista Canto Rodado. En el campo literario se ha dedicado al género poesía, traduciendo al francés a los poetas nacionales Javier Romero Hernández, Mar Alzamora Rivera, Edilberto Gonzáles Trejos, Eyra Harbar y Salvador Medina Barahona. Gestiona recitales poéticos bilingües en la Universidad de Panamá. También ha sido co-editora del periodista Paco Gómez Nadal para Tejido Sutil S.A. Su pasión por la semiótica la convierte en una exploradora permanente de esta disciplina en todos los ámbitos.

Funda en el 2012 Machín Juegos Tradicionales, colectivo cultural que busca el rescate, la promoción y la documentación de la tradición lúdica de Panamá. Defiende los espacios al aire libre y el arte callejero.

FUENTE: Afinidadespanama