martes, 19 de abril de 2016

RICARDO MIRÓ POETA POR EXCELENCIA Y GRAN ESCRITOR PANAMEÑO

RICARDO MIRÓ DENIS

POR: ROBERT A. GOODRICH V. *

Mucho he escrito sobre Ricardo Miró y seguiré escribiendo en esta ocasión dejaré una breve semblanza de su vida y obra para formar parte de las semblanzas biográficas de Grandes Escritores panameños y obviamente el poeta nacional por excelencia no puede quedarse por fuera de esta lista y mucho menos cuando ya en publicaciones anteriores he publicado las vidas y obras de sus hijos talentosos igual que su padre me refiero a Ramón H. Jurado y Rodrigo Miró que llevan en sus venas ese talento es más siguiendo la descendencia tengo que mencionar a Ramón F. Jurado.

Esta semblanza no tiene nada que ver con ensayos anteriores que he escrito sobre Ricardo Miró si se busca en Monografías.com, Academia.edu y otros sitios encontrarán un ensayo que escribí hace un tiempo sobre la vida y obras de Rogelio Sinán y Ricardo Miró que publiqué hace años atrás tengo otro ensayo inedito sobre la vida de Ricardo Miró esperando ser publicado pero como dije este no busca ser igual que aquellos por eso traigo la vida y obra de Ricardo Miró para celebrar al escritor panameño curiosamente durante todo este mes de abril estamos celebrando a esos escritores panameños dado que el 25 de abril es el Día Nacional del Escritor en Panamá y el Premio Literario más importante del país lleva el nombre de este insigne Poeta Ricardo Miró cabe aclarar que también publicó en otros géneros pero la poesía es el género donde más se destaco durante su carrera literaria.

Ricardo Miró Denis (1883-1940). Poeta, novelista, cuentista, periodista cultural y Secretario Perpetuo de la Academia Panameña de la Lengua desde 1926 hasta su muerte. Es el creador del poema "Patria".

Nació el 5 de noviembre de 1883 en la ciudad de Panamá, cabecera del departamento colombiano de Panamá, que se separaría de Colombia en 1903. Dos años antes de su nacimiento comenzaron los trabajos del canal francés, que por escasos años trajo una bonanza económica a la zona de tránsito del Istmo por donde ya pasaba el ferrocarril transístmico. Poco después de su nacimiento estalló una de las guerras civiles colombianas, la de 1885, que finalizó con el triunfo de los conservadores, quienes se mantendrían en el poder por un largo período. Miró quedó huérfano de padre a muy tierna edad, y su madre, Mercedes Denis de Miró, hermana de Da. Amelia Denis de Icaza, se dedicó a la crianza de sus hijos, Gregorio y Ricardo. Bajo el cuidado de la madre aprendió sus primeras letras, y por razones de trabajo de su progenitora, pasó parte de su niñez en la isla de Taboga.  Para explicar la situación educativa de la época en el Departamento de Panamá, Rodrigo Miró, hijo de Ricardo, cita en su ensayo Introducción a la Obra poética de Ricardo Miró, escrito en 1937, unas palabras de Octavio Méndez Pereira en las que señala el abandono en se encontraba la instrucción pública en la época colombiana debido a los caprichos y vaivenes del Gobierno Central.

En 1897, cuando tenía catorce años, fue a Bogotá para estudiar dibujo y pintura, y asistió durante cinco meses a la Academia de Pintura de Epifanio Garay, padre de los panameños Nicole y Narciso Garay Díaz. Pasó luego al Colegio Menor del Rosario, pero al estallar la Guerra de los Mil Días en 1899 tuvo que regresar a Panamá a pie por Facatativá y Honda, pueblos colombianos que estaban bajo el fuego revolucionario. Lo favoreció la presencia de los miembros de un contingente mayor que viajarían al Istmo, y que le ofrecieron protección para terminar su periplo. Según informan algunos de sus biógrafos, ya en Panamá, trabajó y tomó clases con el fotógrafo D. Carlos Endara, y, más tarde, se incorporó al batallón Colombia, en el cual estuvo inscrito hasta la víspera de la separación.  Después de 1903 ocupó varios cargos en el servicio civil. Fue en este momento cuando surgió su vocación poética, y abandonó su anterior afición por la pintura.  Tal vez habría que considerar aquí que, en 1904, con la publicación de El Heraldo del Istmo, dirigido por Guillermo Andreve, se les ofrecía a los intelectuales la oportunidad de publicar y de leer las colaboraciones del exterior. En noviembre de 1904, recibió un incentivo: triunfó, con tres sonetos patrióticos en un concurso organizado por El Heraldo del Istmo.  En 1906 contrajo matrimonio con Isabel Grimaldo Jaén, y al año siguiente estrenó la revista Nuevos Ritos, dirigida por él; lo nombraron como funcionario en la Secretaría de Instrucción Pública, que correspondía a lo que hoy es el Ministerio de Educación, conoció a Rubén Darío, quien pasó varias veces por Panamá, y celebró con sus coetáneos la constitución del Ateneo de Panamá. En 1908 salió su primer libro, Preludios, y el gobierno lo nombró en Londres como miembro del cuerpo diplomático, aunque no viajó a Inglaterra (se desconocen las causas, según explica su hijo), sino que ocupó un consulado de la República. En ese período vivió en Barcelona, frecuentó a Vargas Vila, y fue entonces cuando escribió su poema "Patria" en 1909.  En marzo de 1910 el gobierno panameño lo nombró cónsul en Marsella, y en 1911 regresó al Istmo. Este fue su período europeo, al que corresponde una producción altamente valorada y que su hermano Gregorio Miró, encargado de Nuevos Ritos en ausencia de Ricardo, publicó en la revista, cuya dirección retomó el poeta al regresar. En 1913 dio a conocer en El Diario de Panamá, Las noches de babel, novela por entregas. En 1914 fue nombrado jefe de la sección agrícola en la Secretaría de Fomento (Ministerio de Comercio e Industrias). En 1916 publicó los Segundos Preludios con la advertencia de que no eran “versos definitivos”, pero, aun así, este libro se ganó la admiración de la crítica. En 1917, fue nombrado Secretario de la Gobernación de Colón, y al mismo tiempo publicó La Leyenda del Pacífico, poema firmemente vinculado a la tradición hispanista. La administración del Presidente Belisario Porras lo encargó de la dirección de los Archivos Nacionales en 1919, cargo que ocupó hasta 1927.

En 1921 viajó al Perú como miembro de la delegación panameña a las celebraciones con motivo del primer centenario de su independencia, y, en 1922 regresó a Lima, curiosamente, como representante de un grupo de boxeadores.  En 1922, publicó su segunda novela, Flor de María. En 1926, la Academia Panameña de la Lengua, recién instalada, lo nombró su secretario perpetuo. Durante el período siguiente,  editó una selección de versos patrióticos y recitaciones escolares. En 1929, salió a la luz Caminos silenciosos, de poca extensión, pero con poemas esenciales. Ese mismo año dio a conocer "El poema de la reencarnación".  En 1937, año en que Rodrigo Miró escribió un ensayo sobre su padre (ensayo incluido y puesto al día en Teoría de la Patria), fue publicada una Antología poética: 1907-1937 de Ricardo Miró. Y como si hubiera sido un escritor del siglo XXI, con el seudónimo de Juan Franco sirvió la columna "De postres" en El Diario de Panamá. El día 2 de marzo de 1940, poco antes del mediodía, murió el poeta después de un período de tristeza existencial.

La poesía de Ricardo Miró, toda, también es literatura de muy alta calidad. No diremos que lo es desde el punto de vista social y político,  sino como comunicación artísticamente formal que interpreta el paisaje, particularmente el vespertino o el nocturno, el amor, la mujer, la solidaridad humana, la cultura hispánica porque era lo que su formación y su experiencia le exigían según su situación particular. No es un poeta superficial. Es hondo y auténtico, y pone a pensar en la eternidad, en el transcurso del tiempo y de los siglos, dentro de una atmósfera expectante. Sus sonetos son verdaderos modelos de la forma, que ya va siendo domada por los panameños. Escribió varios cuentos, que fueron recogidos por el periodista Mario Augusto Rodríguez en 1956, bajo el título de Cuentos de Ricardo Miró. La Asamblea Nacional, con motivo del centenario de la república en 2003, reeditó las novelas Flor de María y Las noches de Babel.

El concurso anual de literatura en las secciones de cuento, poesía, ensayo, novela y teatro ofrece cinco premios que llevan el nombre de Premio Ricardo Miró. Existe también un primer ciclo de la escuela básica ubicado en el Corregimiento de Pueblo Nuevo en la ciudad de Panamá que lleva su nombre.

Su poema más conocido que es considerado un himno a la par del Himno Nacional es el poema Patria curiosamente la canción de Rubén Blades lleva el mismo nombre Patria y también es considerado un Himno en Panamá claro uno como poema y otro como canción cuyo contenido es diferente pero señala ese amor a la patria añorada por parte de ambos Miró y Blades descrita de manera diferente.

Entoncés veamos algunos poemas de Ricardo Miró el poeta nacional por excelencia.

Patria, por
Ricardo Miró

¡Oh patria tan pequeña, tendida sobre un istmo
donde es más claro el cielo y es más vibrante el sol, (1)
en mí resuena toda tu música, lo mismo
que el mar en la pequeña celda del caracol!

Revuelvo la mirada y a veces siento espanto
cuando no veo el camino que a ti me ha de tornar...
¡Quizá nunca supiese que te quería tanto,
si el Hado no dispone que atravesara el mar!...

La patria es el recuerdo... Pedazos de la vida
envueltos en jirones de amor o de dolor;
la palma rumorosa, la música sabida,
el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.

La patria son los viejos senderos retorcidos
que el pie, desde la infancia, sin tregua recorrió,
en donde son los árboles antiguos conocidos
que al alma le conversan de un tiempo que pasó. (2)

En vez de estas soberbias torres con áurea flecha,
en donde un sol cansado se viene a desmayar,
dejadme el viejo tronco donde escribí una fecha,
donde he robado un beso, donde aprendí a soñar.

¡Oh mis vetustas torres, queridas y lejanas,
yo siento las nostalgias de vuestro repicar!
He visto muchas torres, oí muchas campanas,
pero ninguna supo, ¡torres mías lejanas!,
cantar como vosotras, cantar y sollozar.

La patria es el recuerdo... Pedazos de la vida
envueltos en jirones de amor o de dolor;
la palma rumorosa, la música sabida,
el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.

¡Oh patria tan pequeña que cabes toda entera
debajo de la sombra de nuestro pabellón:
quizás fuiste tan chica para que yo pudiera
llevarte por doquiera dentro del corazón! (3)

Barcelona, 1909
Publicado en la Revista
Nuevos Ritos, Nº 50, 1º de septiembre de 1909.

Versión original aparecida en 1909
(1) Donde es el mar más verde y es más vibrante el Sol,
(2) que al paso nos conversan de un tiempo que pasó.
(3) llevarte toda entera dentro del corazón!

La versión que aquí publicamos incluye las correcciones
introducidas en 1915.

Cabe señalar que existen varias versiones distintas de este poema esta es la versión de la página Panamá Poesía.

Patria de mis amores,
por Ricardo Miró

¡Patria que me estremeces dulcemente,
Patria de mis amores, Patria mía:
yo quiero saludarte en este día
en que la Libertad besó tu frente.

Todavía la lengua de Castilla
ensalza a Dios bajo tu limpio cielo
y en tus noches de seda y terciopelo
la misma estrella de la raza brilla.

Y así será por siempre que en tus lares
los pájaros cantores, la fontana
sólo aprendieron lengua castellana
y hasta las mismas olas de los mares.

En tí se unieron las fraternas manos
de dos mundos, formando un Continente,
y hoy, que saltó en pedazos ese puente,
por la brecha se abrazan dos océanos.

Porque viéndote, Patria, se dijera
que te formó la voluntad divina
para que bajo el sol que te ilumina
se uniera en tí la Humanidad entera.

Para que en tu bandera que descuella
con la humildad cristiana de una espiga,
vieran todos los hombres una amiga
y viéramos nosotros una estrella.

¡Patria que me estremeces dulcemente
Patria de mis amores, Patria mía:
Dios, como un talismán, te puso un día
la libertad del mundo en la alba frente.

Yo estoy enfermo de soledad, por
Ricardo Miró

Yo estoy enfermo de soledad…
Amo las viejas calles torcidas,
esas callejas desconocidas
que llevan lejos de la ciudad.

Como en la calma hallo el placer,
en vez de necias voces profanas
amo el acento de las campanas
en el fantástico atardecer.

A esa sonrisa que brota a flor
del labio impuro que amores miente,
prefiero el trino con que la fuente
bajo la luna canta su amor.

Sé que en mí mismo llevo la paz,
y me ilumino de dulce calma
cuando permito que mire mi alma
todas las cosas que dejo atrás.

Garzas Cautivas, por
Ricardo Miró

A doña Oderay de Lefévre

En el patio andaluz, adonde apenas
penetra el sol en ondas fugitivas,
inmóviles, calladas, pensativas,
hay, como un par de enormes azucenas,
dos garzas melancólicas, cautivas.

¡Quién sabe si una noche, al escondido
juncal, cerca a la orilla melodiosa,
una mano llegó, vio al par dormido,
lejos la madre tierna y afanosa,
y arrebató los pájaros del nido!

Tal vez fue en el corral que en la ribera
levanta frente al mar su empalizada
donde un día, al nacer la primavera,
en la sorda explosión de una alborada,
vieron la luz del sol por vez primera.

¡Y ellas no saben del azul...! Sus huellas
no serán polvo de oro tras su vuelo
a la indecisa luz de las estrellas;
y con sus ojos tristes ven el cielo
y no saben que el cielo es para ellas.

Acaso si una mano, de repente,
las echara a volar, tras un momento
de supremo estupor, abriendo al viento
sus vírgenes plumajes, blandamente
se irían a embriagar de firmamento.

Pero no volarán, ni bajo el rico
oro del sol se encenderán sus galas,
ni ensartarán estrellas en el pico,
ni abrirán a la luna el abanico
blanco y maravilloso de sus alas.

¡Melancólicas garzas...! Y en el frío
patio sin luz ni sol, sobre las zancas,
simbolizan la imagen del hastío;
y ni siquiera saben que son blancas
porque nunca se vieron sobre un río.

Y allí, bajo las penas de sus galas
inútiles -libélulas de hielo-,
dormitan sin un ansia ni un anhelo,
y no saben aún que tienen alas
y que las alas son para ir al cielo.

Melancólicas garzas que en el frío
patio sin sol ni luz, sobre las zancas,
simbolizan la imagen del hastío,
y que nunca supisteis que erais blancas
porque nunca os mirasteis sobre un río.

Hay almas cual vosotras que ni huellas
dejarán ni sabrán nunca del vuelo
que nos lleva a vivir con las estrellas,
almas que ven atónitas el cielo
y no saben que el cielo es para ellas...

Para ellas el oscuro, el escondido
patio andaluz en donde el sol no alumbra;
y van, cobardemente, sin ruido
y a través de una gélida penumbra,
en viaje al mar sin playas del olvido.

Sin duda alguna la Poesía Ricardo Miró merece ser conocida y reconocida por la juventud panameña más allá del poema Patria recomiendo la lectura de la antología editada por la Academia Panameña de la Lengua con prólogo de Elsie Alvarado de Ricord.

Fuentes
-Encaribe.org
-Panamá Poesía

*
Robert Allen Goodrich Valderrama (Panamá 1980): Poeta, escritor, ensayista creador del Blog Mi Mundo www.robert-mimundo.blogspot.com del grupo en Facebook Amor por las Letras Presidente Nacional de la UMECEP Panamá ha participado en más de 40 antologías a nivel mundial sus libros editados por el están publicado en lulu.com amazon y otros sitios también presentes en la Biblioteca Interamericana Simón Bolívar de la Universidad de Panamá y próximamente en la Biblioteca Nacional Dr. Ernesto J. Castillero de Panamá ha ganado varios reconocimientos dentro y fuera de Panamá.