lunes, 9 de enero de 2017

ELEGÍA EN CARNE PROPIA POEMA DE MORAVIA OCHOA LÓPEZ

Elegía en Carne Propia,

por Moravia Ochoa López


No importa lo que otros piensen,

Patria pido perdón por mi poema a Kennedy

que fue un canto sincero

para un hombre,

para un asesinado,

para uno de la terrible Hermandad del Universo:

Patria, pido perdón por haber llorado por el extraño

cuyos hermanos realmente fortifican el odio

y han matado

y han masacrado

y han escupido en nuestro dolor de yodo

oceánico, canal, de pecho y hombro.


Patria, pido perdón por conmoverme

cuando todos quisimos conmovernos

y lamentarnos.

Patria, pido perdón por la hermandad de la tragedia,

por la capacidad de los nervios y la sacudida.

Patria, pido perdón.  Ignoro a Kennedy.

Lo vuelvo a su ceniza de hombre muerto

aunque aún me estremezca dolorosamente.

No tengo por qué llorar al extranjero

que lloraron los zonians, los soldados,

las gringuitas coquetas,

los estados

de los Grandes Estados.

No tengo por qué llorar si estamos muertos

también nosotros.  Muertos, destrozados,

gritando a cuerpo entero, a muerte intacta

sin embargo los cuerpos ya caídos

sin embargo las calles pisoteadas.

Pueblo, no hay más dolor que verte adentro,

que oírte, pueblo,

amarte y contemplarte.


Toda tu rabia es justa, Patria amada.

Los ciegos te han mirado. Tú te abriste

como un inmenso caracol de hombres soldados

y te armaste los puños que sangraban

en el vientre de un alba asesinada.


Pueblo, no hay más dolor que verte adentro

y cabalgar al paso de tu grito,

a pie con tu bandera bajo el alma,

con tu himno, Patria, bajo el labio tenso,

con tu ametralladora de indefensos.


Pueblo, no hay más dolor que estar amándote,

llorando en tus sentidos, en tus huesos,

ver la fotografía de tus hombres,

viviente, rabia sorda, arremetida,

silbante, dolorosa, en las esquinas

y plazas y avenidas mientras llegan

los deshollinadores del martirio

con su hacha de fusiles y de balas

para tumbarte el árbol, la semilla

con ametralladoras delirantes,

con las bestias desnudas de sus almas

y bombas lacrimógenas y golpes.


Patria, te veo sangrar de arriba a abajo

y me ciñen tus brazos descubiertos.

Te vestiste de espinas y hoy te duelen,

los murciélagos zonians que acunaste,

los vampiros, las bases en tu cuerpo,

la corona, las llagas, tus pequeños,

soldados que cruzaron las fronteras

al cruzar obligados a la muerte.


Toda tu rabia es justa, Patria amada.

Toda tu rabia huele a aguas oceánicas,

a vientos del Canal, a agua del Puente,

a tierra y viento del Ancón;

a NUESTRA.


Yo te pido perdón, Patria adorada,

Patria que siente en llanto humedecerse,

Patria de mis cholitos y trigueños,

Patria de mis llorados muertos desconocidos,

Patria de Fran Ramiro revolucionario,

Patria de Marco Pueblo y Polidoro,

Patria que tienes una avenida llamada Kennedy,

Patria de tantos niños combatientes,

Patria del Instituto,

Patria Amada.


10 de Enero de 1964.


Publicado en: La Estrella de Panamá, domingo 12 de enero de 1964.