Ricardo Miró
Coro
Tranquila a la falda paterna del Ancón
se yergue la mole de un templo del saber,
en donde se funden los hombres que han de ser
cariátides de bronce de nuestra nación.
I
Dos esfinges vigilan la entrada
con un gesto glorioso y audaz,
y algún día sus labios de bronce
la palabra suprema dirán.
II
En los quietos aleros anidan
las palomas emblemas de paz,
y en las aulas se mueven febriles
mil halcones que ya volarán.