POR: ROBERT A. GOODRICH V.*
Un poeta a quién admiro es sin duda alguna Demetrio Korsi su poesía es sinónimo de esperanza y cruel realidad un poeta social como pocos, orgulloso de su herencia, de su gente, de su tierra, de su barrio.
Su poema Incidente de Cumbia es uno de los más extraordinarios y más conocidos poemas de Panamá recientemente la cantaautora Brenda Lau realizó arreglos musicales para lograr una hermosa canción inspirada en la letra de este magistral poema uno de esos poemas que te enseñan desde que eres pequeño en las escuelas panameñas por lo menos a mí me lo enseñaron y gracias a los poemas de Korsi, Miró, Sinán y otros aprendí a amar este género.
Incidente de Cumbia, por
Demetrio Korsi
Con queja de indio y grito de chombo,
dentro de la cantina de Pancha Manchá,
trazumando ambiente de timba y kilombo,
se oye que la cumbia resonando está...
Baile que legara la abuela africana
con cadena chata y pelo cuscú;
fuerte y bochinchosa danza interiorana
que bailó cual nadie Juana Calambú.
Pancha Manchá tiene la cumbia caliente,
la de Chepigana y la del Chocó,
y cuando borracha se alegra la gente,
llora el tamborero, llora Chimbombó...
Chimbombó es el negro que Meme embrujara,
Chimbombó es el negro de gran corazón;
le raya una vieja cicatriz la cara;
tiene mala juma y alma de león.
Y el tambor trepida! Y la cumbia alegra!
Meme baila... El negro, como un animal,
llora los desprecios que le hace la negra,
y es que quiere a un gringo la zamba fatal!
Como un clavo dicen que saca otro clavo,
aporrea el cuero que su mano hinchó;
mientras más borracho su golpe es más bravo;
¡juma toca cumbia, dice Chimbombó!...
Vengador, celoso, se alza de un respingo
cuando Meme acaba la cumbia, y se va
-cogida del brazo de su amante gringo-
rumbo al dormitorio de Pancha Manchá.
Del puñal armado los persigue, y ambos
mueren del acero del gran Chimbombó,
y la turbamulta de negros y zambos
siente que, a la Raza, Chimbombó vengó...
Húyese hacia el Cauca el negro bravío
y otra vez la cumbia trepidando está,
pero se dijera que no tiene el brío
de la vieja cumbia de Pancha Manchá...
Es que falta Meme, la ardiente mulata,
y es que falta el negro que al Cauca se huyó;
siempre habrá clientela y siempre habrá plata,
¡pero nunca otro hombre como Chimbombó!
Breve Reseña Biográfica del poeta
Demetrio Korsi, poeta y periodista profesional, y a veces, diplomático, político y dibujante, nació en la ciudad de Panamá en 1899. Fueron sus padres el Capitán del mismo nombre, de origen griego, y la panameña Elisa Herrera de Korsi.
Efectuó los primeros estudios en la Escuela Santa Ana de Varones, hoy Manuel José Hurtado, y en el plantel de los Hermanos Cristianos, descubriendo enseguida ingénitas inclinaciones literarias. En el Instituto Nacional obtuvo título de Bachiller en Humanidades, llegando a contar, entre quienes lo animaban al cultivo de las letras, con el apoyo de Guillermo Andreve y Octavio Méndez Pereira. Más tarde en norteamérica, motivos de fuerza mayor lo obligaron a interrumpir estudios de medicina, retornando a Panamá para ingresar a la Escuela de Derecho, donde también suspendería esta carrera por razones de salud. Una vez restablecido, se dedicó a menesteres de la abogacía y a colaborar en periódicos y revistas, tanto nacionales como extranjeras.
La inclusión de su nombre en el Parnaso Panameño, editado por Méndez Pereira en 1916, y la forma benévola como eran recibidas sus producciones, alentaron a Korsi a dedicarse al oficio de escritor. Emprende entoces una tesonera actividad literaria alcanzando a diecinueve, en un lapso de treinta y siete años, el número de libros suyos editados por propia iniciativa.
Todos su libros, como las ocupaciones periodísticas y diplomáticas de Korsi, se producen en relación con las fuerzas circunstanciales que determinaban los rumbos de su vida. Si por azar no fue escritor, por dedicarse a escribir llegó a ser poeta, novelista, cónsul y corresponsal en París de una treintena de periódicos y revistas importantes de habla hispana y portuguesa. Ejerció la representación consular de su país en San Francisco de California, en las ciudades francesas de El Havre, Burdeux y Marsella, y en Kingston, Jamaica. Además de las representaciones ocupó cargos burocráticos en la Secretaría de Instrucción Pública y la Biblioteca Colón en Panamá.
En El Havre, en 1926, contrajo Korsi matrimonio con la ciudadana francesa Angela Julian, de cuyo enlace nació una hija. Divorciado, volvió a casarse en 1948 en Panamá con su coterránea Eloisa M. Sandoval, unión de la que nacierón tres hijos: un varón y dos mujeres.
Iniciado como admirador de Chocano, cultivará después la veta humorista, el tema afroíndigena y aspectos varios de la vida en nuestra capital. Korsi vio con simpatías las tendencias que se sucedieron al modernismo, y sin perder su elegancia y señorío poético, ha vestido, en ocasiones, su musa de vanguardismo.
Demetrio Korsi, humorista, bohemio, estudioso del pulso popular y enamorado perpetuo del Parque de Santa Ana, falleció en la Ciudad de Panamá, el 30 de octubre de 1957, mientras pulía los versos de un poema en ciernes
El Parque de Santa Ana es uno de los más históricos que tiene Panamá hoy en día el mismo esta un poco descuidado pero mantiene viva su esencia lamentablemente muchos lo han olvidado a través de los años el poeta le dedicó estos versos:
Parque de Santa Ana, por
Demetrio Korsi
Parque de Santa Ana,
por tu pasado y por el porvenir.
¡El primer monumento nacional!
La iglesia se yergue mirándote.
Anoche un negro se casó:
iba vestido de guantes blancos
y una sonrisa blanca.
Mi padre fue un trabajador,
un capitán de dragas, un lobo de mar.
¡Salud, capitán!
En los rompeolas hay algo de sus bíceps,
pulseaba las mareas,
era un experto en horizontes.
!Salud, capitán!
Me infunde pensamientos profundos
el hombre que llegó en aventurero
para engendrar al hombre que le canta al Canal.
¡Canal! Guión de inmensidades,
norte, sur, este, oeste.
¡Oh grúas, que desentrañan los Andes!
¡Oh esclusas, matrices del progreso!
El mundo es Panamá.
¡Campanas de Santa Ana!
Más dulces que los ángeles,
nos cantaron la primera canción
y acaso acompasen la canción del olvido
con el adiós de las palmeras.
El Parque de Santa Ana es el pueblo,
el verdadero pueblo.
Cordialmente allí somos amigos y enemigos,
nos queremos y odiamos con fraternidad.
La iglesia nos vio a todos pequeños.
¡Cuán inverosímil la infancia!
¡Quién pudiese vivirla otra vez
en ti como entonces, Parque de Santa Ana,
levadura de Panamá!
¡Soy el poeta del barrio de Santa Ana!
Ese es mi orgullo. Aquello es mío.
El carretero ha sido mi compañero,
la sirvienta ha sido mi camarada.
Yo conozco los blancos, los negros, los mestizos,
a cada cual le sé su vida y milagros.
Soy auténtico, soy trascendental.
Soy un pedazo del pueblo.
¿Quién no me conoce en Panamá?
Desde el limpiabotas al Presidente.
Señores: Yo necesito el Porvenir...
Panamá es un Crisol de Razas por eso veamos la visión de Korsi sobre este bello país.
Visión de Panamá, por
Demetrio Korsi
(De 4 a 6 de la tarde, del Banco al Cruce)
Gringos, gringos, gringos... Negros, negros, negros...
Tiendas y almacenes, cien razas al sol.
Cholitas cuadradas y zafias mulatas
llenan los zaguanes de prostitución.
Un coche decrépito pasa con turistas.
Soldados, marinos, que vienen y van,
y, empantalonadas, las caberetistas
que aquí han descubierto la tierra de Adán.
Panamá la fácil. Panamá la abierta,
Panamá la de esa Avenida Central
que es encrucijada, puente, puerto y puerta
por donde debiera entrarse al Canal.
Movimiento. Tráfico. Todas las cantinas,
todos los borrachos, todos los fox-trots,
y todas las rumbas y todos los grajos
y todos los gringos que nos manda Dios.
Diez mil extranjeros y mil billeteras...
Aguardiente, música... La guerra es fatal!
Danzan los millones su danza macabra.
Gringos, negros, negros. gringos.... ¡Panamá!
Por muchos nuestro país vivió sucesos históricos que nos marcó como nación.
A Panamá, por
Demetrio Korsi
Este eslabón del Continente
es mi tierra natal,
es el Istmo por donde se filtran las razas
para ver los dioramas del Canal;
es el pigmeo
que con su abrazo ahoga al titán,
y es uno de los objetivos
de los que forjan servidumbres en nombre de la libertad!
Republiquita microscópica,
ombligo del mapamundi, brújula de la eternidad,
puente de la conquista,
faro de la inmensidad,
ya todo tu destino lo adivinó Bolívar
con su visión super-genial,
y en el porvenir te mira tu Poeta,
urbe continental!
La California en tu camino de Cruces
le abrió el Oeste a la humanidad
y las inmigraciones viajeras
hasta el final del mundo te bendicen, Panamá.
No veis al futuro humano
por esta ventanita universal?
“Pro Mundi Beneficio”.
(Qué barbaridad!).
Del libro: Cumbia
También le escribió al amor.
Nunca Mía, por
Demetrio Korsi
Soñé que en las instancias de mi ruego
tu amor me prometiste enamorada,
y al brillo de la luz de tu mirada
para siempre quedé tu esclavo ciego.
Al estrecharte entre mis brazos luego
hiciste alarde de la fe jurada,
y con tu boca ardiente y perfumada
me contagiaste tu pasión de fuego.
Mas todo era un engaño torturante,
vana ilusión que vio mi fantasía
en ese paraíso de un instante:
¡Porque lejos de mí, ceñuda y fría,
llenas de hiel mi corazón amante
siendo de todos, pero nunca mía....!
Post Umbra, por
Demetrio Korsi
Yo no quiero los mármoles
ni una estatua como esa
que en aquel parque me enseñaste, en tanto
me hablabas de la joya de una tienda.
Yo quiero algo más hondo,
más tuyo, más eterno:
¡yo tan sólo quisiera
vivir en tu recuerdo!
Le escribió a las leyendas y tradiciones
Héroe Antiguo, por
Demetrio Korsi
Me contaron de un indio, fiero y bravío,
que vivió en otros tiempos casi olvidados,
y creí desde entonces que era algo mío:
¡uno de mis maternos antepasados!
Las selvas primitivas eran estrechas
para él, con sus mujeres y sus guerreros;
tanta fue su pujanza que con sus flechas
hizo blanco en la frente de los luceros!
Quise ir hasta la luna. . . Con su piragua
salió al mar, tras el logro de otra fortuna,
y sorprendió el momento en que, al ras del agua,
del cóncavo horizonte se alza la luna.
Pero llegó muy tarde: como un tesoro
subió por el espacio la luna grata;
con los brazos abiertos, en busca de oro,
vió al boga. . . en la blancura de un mar de plata. . .
Para en urnas hieráticas poder tenerlas,
buceó, en las honduras del océano,
las más imponderables, fastuosas perlas,
¡las hurtó a sus conchas con brusca mano!
Su fuerte dentadura, firme, incisiva,
mordió corales, rojos como un desangre,
y vio que los corales, cual carne viva,
al trozarlos sus dientes... ¡manaban sangre!
¡Indio fiero, no tuvo jamás descanso!
Las noches tropicales, claras y bellas,
le hallaron junto al aro de azul remanso
con sus redes de oro, ¡pescando estrellas!
¡Olió, sin embriagarse, malignas flores,
porque lo resguardaban sus talismanes,
y fue a la caza heroica de los cóndores
que volaban más alto que los volcanes!
Las más enardecidas tribus viriles
probaron de sus armas el recio yugo;
cuando se sublevaron, vieron hostiles
que él era insuperable como verdugo.
Llegaba atropellando selvas y brumas
con sus predominantes conquistas bravas,
mientras, como en un cromo, ágiles pumas
seguían el cortejo de sus esclavas. . .
De noche, en las profundas selvas hurañas
o en lo más intrincado de los manglares,
escalofrió el silencio de las montañas
¡flechando las pupilas de los jaguares!
Cacique pensativo de tribu ambigua,
afirmaba sus plantas con entereza,
porque lo autorizaba su estirpe antigua,
¡porque era un convencido de su grandeza!
Catástrofes y triunfos llenan su historia,
risas y maldiciones, sangre y orgía...
Y pienso que he vivido su excelsa gloria
¡y su grandeza bárbara la siento mía!
Y es por eso que envidio la invicta palma
que del héroe circunda la altiva frente:
¡me parece que en mi alma palpita su alma,
y es que de su abolengo soy descendiente!
Del libro: El grillo que cantó sobre el Canal
José El Tamborero, por
Demetrio Korsi
Como José el tamborero
no lo habrá en el Interior.
Cuando tocaba tambor
se alegraba el pueblo entero.
En el pueblo o en los llanos,
desde lejos, se sabía
cuando José le ponía
al tosco tambor las manos,
Y la caja, musical,
en medio del socavón,
reía y lloraba, cual
si tuviera corazón.
José amaba la bebida
con furor, desde muchacho,
y perdió toda su vida
cantando. . . y siendo un borracho.
¡Eso era saber beber!
Y así cuando se jumaba
José en su toque lloraba
por una ingrata mujer;
mas nadie llegó a saber
a qué mujer él amaba,
porque su, amor fue discreto,
callado, triste y sufrido
amor que nació escondido
y que se murió en secreto. . .
José, al pegar sobre el cuero,
casi loco se volvía,
y con su melancolía
se alegraba el pueblo entero.
Como José el tamborero
no lo habrá en el Interior.
¡Eso era tocar tambor!
Del libro: Los gringos llegan y la cumbia se va
Por eso y más Demetrio Korsi merece ser homenajeado y nunca olvidado el poeta, el periodista, el diplomatico, el hombre.
En este mes de Abril seguirán los homenajes a grandes escritores y poetas como Demetrio Korsi.
Fuente:
Panamá Poesía
*
Robert Allen Goodrich Valderrama (Panamá 1980): Poeta, escritor, ensayista creador del Blog mi mundo www.robert-mimundo.blogspot.com del grupo Amor por las Letras, Presidente Nacional de UMECEP en Panamá ha participado en más de 40 antologías a nivel mundial ganador de varios reconocimientos sus libros están de venta en LULU, Amazon y otros lugares.